Delirio nacional
España es así, de esta manera, y todo el mundo está fuera de su sitio, con las neuronas a cien, por un motivo que une: el fútbol.
Estupendo, nada que objetar.
Es cierto que existen algunas cuestiones que vamos a tener que abordar aprovechan la ocasión.
Resulta patético comprobar cómo algunos personajes se prestan a los comentarios y las cámaras del primer plano como si ellos se agotaran en el terreno de juego y metioeran loso goles.
El famosillo ministro de deportes disfruta con su metalenguaje político y ante los dignatarios europeos exhibe su pechito utilizando las comparaciones económicas con los países que nos están zurrando e implantando sus normas de mercado porque no hemos hecho los deberes.
Seguramente que con la memoria históica zapateril estos vuelven a llevarnos al estadio Bernabéu a presenciar las exhibiciones sindicales.
No estaría demás que ya de una vez por todas se llamara a loa bandera por su nombre , a España lo que es : ESPAÑA, y el himno se cantara con letra en lugar de vuvucelear absurdamente las notas de una composición musical preciosa y llena de sentimiento.
La selección española quizás logre que esto se lleve a cabo con su definitivo triunfo y ofrezca a este pueblo, a veces papanatas, el motivo y consideración der sentirse orgullosamente españoles, sin ocultar la cabeza debajo del ala ante estos minoritarios nacionalistas de peluche y de tres al cuarto que pululan por los aledaños del poder.
Claro que para esperpento ya tenemos a los montillanos que saldrán hoy por la tarde a decir que han sido heridos por la sentencia del tribunal constitucional; parto d elos montes, por las calles de Barcelona con eldinero de todos los españoles.
Todo un despropósito por restos catalanes adoptados de origen andaluz, socialistas y más papistas que el propio dirigente vaticano.
Mientras tanto el burka sigue paseando por Cataluña, las leyes se inculcan y los catalanistas de pro continúan con sus declaraciones en Madrid de una manera y en Cataluña de otra ya que los medios de comunicación miran para otra parte no vaya a ser que pierdan las subvenciones.
Una vergüenza nacional que alguna vez tiene que arreglarse.
10-julio-2010
Criticus