La Feria
Un programa de uan televisión privada ha llevado al plató a un político catalán para definir y comunicar su programa político.
Antes; naturalmente, por la mañana, realizó la clásica representación del homenaje equivocado que se realiza todos los años, donde hay abucheos, cánticos, banderas independentistas e incluso quema de retratos, insultos, esloganes de todo tipo y falta de respeto a las reglas democráticas por parte de algunos grupos.
Todos los años es lo mismo pero este año se han exacerbado los ánimos merced a la sentencia del estatuto catalán y a la agitación de los grupos radicales.
El político en cuestión ofreció un curso de natación espectacular, nadando y guardando la ropa, diciendo sí, nos equivocamos pero persistiremos en acciones si el pueblo lo demanda.
Ante la pregunta del cumplimiento de las leyes y la democracia, él manfestó que las leyes se pueden cambiar, casi, casi a la carta y según convenga por el momento y los objetivos.
Dejó bien claro que ante gobiernos débiles los partidos nacionalistas obraban en consecuencia y estaban en el deber de obtener contrapartidas para "su país y su nación catalana".
Ante el problema del idioma se escabulló ya que el problema que tiene Cataluña es de multas contínuas por rotulación en castellano y una inmersión descarada que sólo les va a traer consecuencias negativas ya que el idioma no se impone y si se extiende por convencimiento.
Todas estas medidas son vox populi y las conoce todo el mundo, a veces, causan sorpresa ioncluso en los medios extranjeros; pero ellos desean que una comunidad de gran progreso como la catalana quede arrumbada a lugares que no los merece.
La última medida de la Generalidad ha sido implantar el catalán obligatorio a los catedráticos, cuestión que se ha suspendido momentáneamente ante el escándalo que se ha suscitado.
La otra, digna de mastuerzos reconocidos, ha sido colocar en la lista de escritores extranjeros a Carmen Laforet, Ana Mº Matute, Mendoza, Juan Marsé y otros porque no escriben en catalán y sí en castellano.
Los políticos catalanes se pasean de Barcelona a Madrid y en su " nación" dicen una cosa y en Madrid otra sin que se les rompa la cara poruqe la tienen muy dura desde luego.
Lo más extraño es que los que tienen que hacer cumplir la ley y residen en La Moncloa están durmiento la siesta permamentemente y negocian los votos de forma descarada según sople el viento.
España se deshace porque hay una serie de irresponsables políticos que no cumplen la legalidad vigente y que deberían ser juzgados ellos, quizás por delito de alta traición al pueblo que les ha dado el mandato.
12-septiembre-2010
Criticus